Nunca podré,
arrancarte de mi vida, Elisa...
la gesta de nuestro amor
fraguado en el cemento
del olvido;
como un muro de hormigón
orgullosamente erguido,
como una atalaya
eterna,
como un sueño dormido.
Tu póstumo suspiro
se congeló entre mis dedos,
acariciantes y mudos,
abanderando orgulloso
el más profundo dolor.
Es por ello
que nunca podré
del alma esta mía
alejarte,
es por ello
que nunca dejaré de amarte
DERECHOS DE AUTOR PATRICIA PALLE
22-03-2020