De tu cabello
recogeré las rosas
que me has dejado.
De tu sonrisa
trasplantaré a la mía
algo de vida.
Y de tu alma
le robaré la esencia
con su candor.
Déjame olerte
y cerraré los ojos
para sentirte.
Déjame oírte
y escucharé las nanas
de cada noche.
Deja que sienta
los pasos de tu alma
llegar a mí.
Pero si quieres
te entrego lo que tengo.
Nada preciso.
Te quiero a ti,
mi linda mariposa,
hoy escondida.
Te quiero libre,
volando por la vida
y con mis sueños.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/02/20