Tener entre mis labios la ambrosía
Que emana de esa fuente de placer,
Manantial cristalino que en mi ser
Dejó inmensa huella de alegría;
Se ha vuelto una obsesión de noche y día,
La causa de un constante fallecer
Por un afán inmenso de querer
Sentir que para siempre será mía;
La dama más hermosa de este mundo
Sonrisa tan divina, angelical,
La causa de este amor que es tan profundo
De esencia plenamente celestial:
Lo afirmo ciertamente, no confundo,
Inmensa es su belleza sinigual…