Kinmaya

La Noche se llenĂ³ de Ti

 

Aquella noche no terminaba nunca,

te había perdido entre mis palabras,

mi cuerpo te extraño al instante,

y mi corazón creyó enloquecer.

 

El silencio inspiro mí lenguaje,

mis ojos se llenaron de tu ser,

la emoción huyó de la inquietud,

lo que debía suceder se hizo súbito.

 

Un lapsus de divinidad inédita,

comenzó a embriagar mis sentidos,

los besos cayeron en cascada,

y tu corazón empezó latir en mi boca.

 

Los labios comenzaron a palpitar,

la pluma se llenó de furia y virtud,

las palabras brotaron y desbordaron como mares,

y mi alma entera aquella noche se llenó de ti.