Cuarentena de la pandemia
Estoy enclaustrado, confinado en casa como reo y vil prisionero
Evitando con la cuarentena, que se propague y se contagie el prójimo y el aventurero
Pagando una condena en mi hogar, atendido como todo un señor y caballero
Homenaje al cuerpo médico, por su admirable labor, héroes sin medallas, ni sombrero
Arrestado y sin poder salir, pagando una culpa que no he cometido
El virus se extiende, como vendaval, que arrasa en seres permanecido
Es un castigo este presidio, de día y de noche, en un caos se ha convertido
Quisiera huir y perderme, pero la conciencia y las autoridades me han sorprendido
Este encierro es un castigo, a la sociedad de gritos y auxilios suplicantes
No cerraron las fronteras a tiempo y nos contagiaron sin querer, los visitantes
Esta pandemia no perdona, la vida se amenaza y se torna inquietante
Estar encerrado cambia el espíritu y palidece de ira el semblante
El riesgo es latente, perturba la existencia, la vida se torna angustiosa
Las revoluciones aumentan, los controles son estrictos, la policía es rigurosa
La imagen se deteriora, la monotonía se vuelve tediosa y pegajosa
Las noches son calurosas y las madrugadas frías y tenebrosas
Estar todo el día en el hogar, acerca la familia, aleja los quejidos, la nostalgia y la desazón
La ansiedad y la depresión atacan, enferman el alma y el corazón
Las discusiones aumentan, se acaba el tema, la cuarentena y el virus es la conversación
La situación, el trabajo, el estudio, la pandemia, los espantos alteran la condición
La cuarentena, protege a la humanidad del coronavirus, contaminantes peligrosos
Separa los contagiados, enfermos de ésta pandemia, que se esconde con miedos silenciosos
Reduce la propagación, aísla al sano de las fiebres y dolores de llantos dolorosos
El confinado, sufre la soledad del encierro, de gritos y quejidos, de pavores asombrosos
Vemos de cerca la muerte, con rostro siniestro, con atuendos y alaridos, desgajada
Se oscurece el horizonte, se llena de tinieblas y relámpagos, la noche silenciada
El coronavirus hiela la sangre, de entrañas escalofriantes, la persona enfermada
Enfrentamos un pánico aterrador, de gritos y llantos, de lágrimas amenazada
Las almas huyen despavoridas y atemorizadas, por el infinito de dolores, abandonadas
Algo hemos hecho, para sufrir esta pandemia, de muertes y sufrimientos, empezada
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga marzo 21-2020