¿Cómo saber lo que hemos olvidado?
Quien nos acribilla la memoria
y nos diluvia en el silencio
sin saber porque.
Quien se lleva esos instantes
que nos reconoce el final del día
con su tristeza;
El humano también es esa cosa insignificante
que termina borrándose
del paisaje rodeado de misterio;
Siempre miramos el horizonte;
Y cuando lloramos,
la faringe se ahoga con una lapida
de armoniosa sombra.
¿Cómo saber que nos falta en la memoria?
¿Cómo saber qué recuerdo se ha hundido
en las pupilas de la muerte,
y de quienes son estas
cicatrices de oro
que nos interpela directamente?
Por eso miramos con los ojos
que también huyen,
porque no reconocen su mirada;
A veces nos despierta el aire
con un insulto voraz
que nos apunta a la sien de la memoria;
¡Es horrible!
¡No recordar nuestra tristeza!
¡No distinguir a la delgada muerte!
Con su cauce de ausencia
borrando las huellas,
arrastrando nuestra sustancia
deshojada,
hacia el abismo.