Las lágrimas de ayer
las de la infancia,
son las mismas de hoy,
las de la vejez sin pausa,
por la misma causa,
por la misma estrella,
sin que el tiempo haya pasado.
triste realidad
que se refleja en mi alma.
Inexorable destino,
destino el que se impone
a la suerte que no se depone,
suerte que se da para que embone.