¡No!...
¡No me digas que me amas!...
¡No me digas que me quieres!...
¡Esas palabras
sólo las cree el albo papel,
el papel que todo lo acepta y aguanta,
cómplice a veces
de falsos sentimientos!
¡No digas que me amas,
ni tampoco que me quieres,
porque amar es querer
y querer es amar!
¿Y por qué esta reacción de mi parte?
Porque siento en mi palpitar
tus falsos sentimientos...
porque hoy te necesité,
necesité de tus atenciones
en mi lecho de enferma
y nunca estuviste presente!..
¡Cuánto desée, hijo mío,
tenerte nuevamente
en mi regazo
(aunque ya sin fuerzas),
para arrullarte!...
¡Deseaba que esos arrullos
y mimos se invirtieran
de hijo a madre...
de madre sedienta de tu amor,
de ese amor que pregonabas
en la distancia!...
¡Calla, hijo!...
¡No pronuncies más palabras!
Las palabras sin sentimientos ,
se las lleva el viento
para arrojarlas
en el vacío del mismo viento...
Sólo recuerda mis arrullos
y amor que te prodigaba
cuando eras un niño!
¡Oh!...¡Cuánto daría
por sentirte de nuevo
y arrullarte entre mis brazos,
aunque ya no tengo
las mismas energías!...
¡Oh!... ¡Cuánto daría por
bendecirte en estos momentos
que mi vida se opaca,
pues ya siento
que las alas blancas
de los Ángeles
merodean mi aposento
para abrazarme
y guiarme hasta la
Eternidad!...
¡No!...
¡No digas que me amas!...
Porque...
\"Obras son amores y no buenas razones\"
Nhylath
(MZV/0150318)