FELINA

DEJÉ RODAR UNA LÁGRIMA

DEJÉ RODAR UNA LÁGRIMA  

Negros nubarrones empañaron mi vida

cuando mi fe se dio por vencida,

quedando mi alma triste y descreída.

Ni un sólo indicio de pasión quedó en mi pecho

y el corazón que lo habitaba quedó deshecho.

Y dejé rodar una lágrima oscurecida...

con sabor amargo, con sabor a herida.

Felina