Xabier Abando

¡Qué solos se van los muertos!


¡Qué solos se van los muertos!

¡Qué desolados los deudos,

qué hondamente doloridos!

 

A causa de un mal horrendo,

como apestados, temidos

y sin poder atenderlos

como sería debido,

en aislamiento, intocables,

mueren sus seres queridos.

 

Los sufridos familiares,

alejados los amigos, 

aislados viven el duelo,

impotentes y abatidos,

sin poder ni un beso darles

que les fuera a dar consuelo

en la angustia de su trance.

 

¡Qué solos se van los muertos!

¡Que en paz eterna descansen!

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© Xabier Abando, 25/03/2020