Muchacho de ojos triste
no te ofrezco un lujoso reino
te ofrezco un reino humilde
con terroncitos de azúcar,
baladas felices,
carne de cordero,
sin finos vinos
y con té de raíces.
No te ofrezco el cielo
no soy Dios,
soy Dios de mi cuerpo,
del refugio en mis brazos,
del calor de mi aliento
y la sal de mis labios.
No te ofrezco tu dolor en diamantes,
te ofrezco mis ojos
por tus ojos tristes.