Ojeo el reloj esperando las doce,
y a las doce, las tres, y a las tres, las siete.
Deshojo el almanaque aguardando el martes,
y el martes, el viernes, y el viernes, el domingo.
Tacho los días en mi calendario a la espera de diciembre,
y en diciembre, de abril, y en abril, de julio.
Y vendrá el 2020,2030, 2045...
y recordaré, en ese momento, las fechas que pasaron.
Para entonces, el minutero llevará mil vueltas,
seguirá otoñando el almanaque
y yacerán los calendarios arrancados uno a uno.
Miguel Herrero Villavieja.
Amaneceres Abruptos©