Freddy Kalvo

Cuando no esté

Cuando no esté,

me habré ido

dejando atrás las huellas

que no irán conmigo;

aquellas que de sufrimiento,

luchas y alegrías

abrieron caminos,

y son las que recordará:

mi hermano,

mi amigo.

 

Cuando no esté,

el viento traerá un soplido

que anunciará mi despedida

que pasará quizá

al olvido;

y las hojas de mi otoño

volarán por los aires

hasta el color marino,

que serán recogidas

por las manos que contemplé,

dolidas.

 

Cuando no esté,

el ocaso habrá llegado a mi vida;

y los versos escritos serán

los que tendrán sueños ocultos,

de aquello que produjo mi nostalgia

cuando divisé tu herida,

la que sangró amor dulce

a pesar de la vida sufrida.

 

Cuando no esté,

el cielo no derramará llanto alguno,

nací en verano,

y sediento como vine

así me iré soñando,

pensando ¿qué pudo ser mejor?,

pero lo mejor lo seguiré añorando

porque los sueños se fueron con el tiempo,

volando.

 

Cuando no esté,

será porque el atardecer

se mezcló con la noche,

y un mar de estrellas

se posarán en el cielo

anunciando con derroche,

mi último adiós,

mi último verso,

mi último canto,

y será  el momento de tristeza

que mi amor por ti

pervivirá en el camposanto.

 

Cuando no esté,

se apagarán las luces en mi camino,

los pasos dejarán de serlo

para dar paso a la despedida.

No sé si partiré llorando,

tampoco si me iré sonriendo

a mi último destino,

porque de  tristezas y alegrías

está escrita la vida.

 

Cuando no esté,

será porque llegó la hora,

aquella que no esperaba,

como espera el niño

el juguete que añora,

aquella que constriñe el alma,

por los días que se vistieron grises,

la hora que se fue conmigo

como testigo de mi fin,

de mi aurora.

 

Cuando no esté,

la nostalgia llegará a los míos,

brotarán lágrimas que regarán

mi último nicho in-pulcro,

pero no deberán cargar su alma

y su corazón de dolor sombrío,

mi descanso infinito tendrá en ese final

el sepulcro.

 

¡Y el adiós!

será un adiós querido,

por lo sufrido,

por lo vivido,

cuando no esté,

porque me habré ido.