\" ¿Qué es el poema?. Una bella mentira fingida.
Una verdad insinuada. Sólo insinuándola, no parece una verdad
mentira. Una verdad tan preciosa y recóndita como la de la mina.
Se necesita ser minero de poemas para ver en sus etiopias de
sombras sus indias de luces. Una verdad de la sal en situación
azul y cantora. ¿Quién ve la marina verdad blanca?. Nadie.
Sin embargo, existe, late, se alude en el color lunado de la espu-
ma en bulto. El mar evidente, ¿sería tan bello como en su sigilo
si se evidenciara de repente?. Su mayor hermosura reside en su
recato. El poema no puede presentársenos Venus o desnudo.
Los poemas desnudos son la anatomía de los poemas. ¿Y habrá
algo más horrible que un esqueleto?. Guardad, poetas, el secreto
del poema; esfinge. Que sepan arrancárselo como una corteza.
¡Oh, la naranja: que delicioso secreto bajo un ámbito a lo mun-
do!. Salvo en el caso de la poesía profética en que todo ha de ser
claridad-porque no se trata de ilustrar sensaciones, de solear
cerebros con el relámpago de la imagen de la talla, sino de propagar
emociones, de avivar vidas-,guardaos, poetas, de dar frutos sin
piel, mares sin sal. Con el poema debiera suceder lo que con el
Santísimo Sacramento...¿Cuándo dirá el poeta con el poema
incorporado a sus dedos, como dice el cura con la hostia: \"Aquí
está Dios\" y lo creemos?.
(Miguel Hernández, \"Mi concepto del poema\" ,Obra completa.
Vol. II Teatro, Prosas, Correspondencia, Espasa Calpe,Madrid,1992,
pág 2.113.Publicada por primera vez por Leopoldo de Luis en
Papeles de Son Armadans, diciembre de 1.961).