Es el mar que se desborda,
es la prisa que solo roza...
La vida caída en notas
empapadas para almas rotas.
Cada persona es distinta bajo la neblina,
sí son fríos o secos según su agonía
pero aún así la vida sigue día con día
y solo deberíamos amar sin medidas.
Es el vacío existencial que deja un océano
hecho desierto, y la arena escapa entre
los dedos como el tiempo siempre
que lo pasajero nos mantiene atados.