Mil estrellas vuelan
alrededor de tu mirada
inerte y linda.
Vuelan a tu mirada un
centenar de estrellas azul,
venideras del abismo que
fecunda el arcoiris.
Las nubes del cielo azul
dan vida a figuras de
roble y a los árboles
les acrecenta el
brillo de sus
hojas verdes.
En cuanto a mí,
vienen flores cuanto me miran
tus ojos pispiretos y
alegres y coquetos.
Tu sonrisa acompaña
a las flores para que
no se apague la
luz del día naciente.