Pisando la arena y mirando la mar...,
que duros estos desiertos de soledad...,
y es esta soledad el camino de la vulgaridad,
y de la vulgaridad al empacho de sólo imaginar.
En la arena es hollar en algo de no volar;
algo de no volar...la mar de mi severidad,
que no es otra cosa que fallar a toda realidad,
y toda realidad es...que jamás podré amar.
Mirando la mar,creo que podré viajar
al suicidio sin tener que pasar por la eternidad.
Piso la arena,como piso a la fémina y su yugular.
Piso a la fémina y su yugular por mi deformidad.
Mirando la mar es ver mi pisada sin vacilar:
pisando la arena,piso lo poco de mi verdad.