Abre los ojos de tu alma,
ante quien ahora llora,
seca sus lagrimas,
y moja de solidaridad su existencia,
se manantial en sequia,
desborda tu bolsillo al sencillo,
ante aquel hermano sufriente,
sin cuenta ordinaria ni corriente,
se por un momento o quizas mas,
el amigo que abraza,
la palabra que levanta,
el sol que da abrigo,
mientras pasa el enemigo,
y pueda seguir su camino.