En una nube, tal es el sueño que el llanto es un coro de ángeles celestes.
En silencio, esperando el jugo ardiente de tus venas.
Ensimismada en el cuestionamiento del alma,
La separación se impone, mi conciencia se eleva.
El fuego es el tiempo y me quema,
Pero sigo el camino paciente,
La brisa me sopla de vez en vez y puedo saborear,
El alivio en mi carne rojiza que late.
...Te espararé.