Carlos García Oliver

DESHOJANDO ESTACIONES

 

Cuando los pergaminos se escriban,
tú estarás junto a mí,
recostada al inicio de un renglón ya escrito.
Marcarán una época llena de piedras,
donde hubo calmas, tempestades,
y el morir de grandes manantiales.
Recordaremos grandes fechas,
los romances aquellos que se fueron,
se habrán escrito sueños que fluyan así como aquellas golondrinas que migran.
No importa cuánto hayamos recorrido,
tampoco importarán las guerras
o tempestades,
la historia un día nos abrazará,
cuando en esta jungla vuelva
a reinar la paz entre tu corazón ya cansado junto al mío.
Ahora pasó una estación de tiempo,
una tras otra,
y empiezo a caminar descalzo sobre la primavera,
cuando esas alas vuelen, vuelen y vuelen,
el verano estará de vuelta,
y mi corazón aventurero buscará una madriguera.
Hoy cae el otoño y la melancolía es
una saga mitológica que cuenta mis días,
pero todo cambia en invierno,
cuando la soledad tiembla ante tu ausencia,
no sé esperar más.
Sueño con tu regreso,
sentir nuevamente tus delicados labios,
y beber tu recuerdo que ahora vive
lejos de mí.
Ya he desnudado el canto de las aves,
es tan difícil hacerlo.
Ya no puedo morir cada día,
porque tu solo aliento me alimenta, ahora soy ave, un pájaro que curó su herida.
Volverán a cantar las flores en mayo,
y en octubre volverán a regresar
las golondrinas.
¡Oh, amada mía!
Qué feliz sería al lado tuyo,
cuando te veo caminar en mi imaginación, cuando sale el sol,
ya espero con ansias la luna,
y así se van trasformando los días
en esas caricias que quiero volver
a sentir.
Tu palabra escrita es como un corcel
que se alimenta del color de tus ojos,
y en su estampida resuella como
el suspiro del álamo,
no sé describir tu esencia,
ni medir el ancho de un cabello tuyo, pero muero por leerte cada día poeta al alba,
la hermosura de tus versos me acompaña,
es como ir temblando sobre una ola,
el canto de un campo abierto me advierte,
que no hay voz más bella que el jilguero que encierra tu corazón valiente.
¡Ven, y orquesta una melodía!
Que los campos se abran en mil colores,
que el zorro cuide su guarida,
porque se ha de escribir una historia
tan soñada como la misma vida.