Nada
es lo que parece...
en el desván
de los recuerdos.
Las aristas son cometas,
las fuentes hablan...
el lánguido idioma
del sisonte, del caimán...
y la oropéndola.
De los prejuicios
casi estériles...
desnudados mansamente,
en la cálida fuente...
del amor,
y del reproche.
.
La esencia
de la vida...
se aturde vana
solitaria y triste,
en el árido
y exánime latido...
de una noche
sin estrellas.