Carlos Eduardo

T R U E Q U E

 

 

La poesía está ausente,

se esfumó,

o, tal vez, murió;

la sociedad transformada 

tiene nuevas diversiones;

los poetas están atrapados

en un círculo perfecto,

sus sonidos pasan a ser ecos

disminuidos de tonalidades;

de todo

menos dulzura, encanto, fantasía;

supremacía de la realidad,

acontecer, eventualidad.

Si el bosque contenía un mundo mágico,

manos lo encendieron, lo consumieron, lo talaron;

la paz necesaria, alterada.

No hay rincones de la superficie sin intervenir;

las profundidades de la mar horadadas.

La Luna mordisqueada,

el espacio tocado, lluvia de artefactos.

Una humanidad enferma camina desviada hacia la nada.