Luciano Camaño

Efímero

La finitud contigo se hace presente;
No es que no lo esté así ya, si no que es muy evidente que de un \"te quiero aquí a mi lado\" pasamos a un \"te odio, maldigo haberte encontrado\".
¿Donde quedaron aquellos te amo que nos dijimos? ¿Adonde se fueron aquellos bellos momentos que nos prometimos?
¿De quién es la culpa? ¿Quién fue el culpable?
Las cartas están sobre la mesa, esperando ser escritas
Con una exculpa, con un orgullo perimido y unas disculpas para dejar atrás aquel olvido.

 

Ya no somos, como aquel cigarro que en una seca se ha esfumado
Licores abundan para llenar lo que una vez tu has llenado
No es que te estoy culpando, pero ¿acaso es justo lidiar con tu despedida? ¿Tal vez las palabras finales de tu adiós pueden sopesar los sentimientos que abundaron en mi corazón y ahora solo queda pasar el dia?

 

Bocas reclamando besos, momentos deseando cuerpo y noches clamando por sueños y no por pesadillas; porque esa es la desdicha, es la paga por la prisa, el sortilegio de tu encanto, porque dos tercios de año os hemos amado y el cuarto restante, cual invierno abundante, nos hemos visto envueltos en la paga del rencor arrogante y el vuelto es la melancolía recalcitrante con el saldo perecedero de dos almas que reclamando estar juntos, su razón se impone en volverlos distantes.

 

Tal vez he de comprender que así sucederán los minutos,
Que lo que nos ha tocado es todo menos estar juntos
Que soy el medio para tu mejor puerto y tu el mío
Aunque este final no es lo querido, en esto estoy en lo cierto, no por eso estoy menos cuerdo al decirte que te quiero y que en tu nuevo amparo encuentres aquello que tanto has buscado y que yo no te lo pude haber dado;
No te olvides de lo que hemos transitado, porque si ahora no soy tu presente, no por eso estoy aislado, porque lo contemporáneo siempre proviene y se construye del pasado y por eso, alma mía, estaré siempre a tu lado.