jorge enrique mantilla

Derrotemos la pandemia

Derrotemos la pandemia

 

Será que somos capaces de vivir todos unidos, en una isla rodeada e infestada de tiburones

De hablar y discernir, sin acallar al otro, sin altercados en las conversaciones

Disfrutar la playa y de sus arenas blancas, dejando volar sueños de imaginaciones

Sin tener miedo al pánico que cunde, el virus y sus temores, llenos de preocupaciones

 

Será que somos capaces de guardar silencio y escuchar de la selva sus sonidos

El cantar de las aves y el rugido de los animales, voraces y temidos

Contemplar la magnitud de sus tupidos árboles, de sus aromas, de aires permanecidos

Salir airosos del silencio, del virus que carcome el horror, en llantos convertidos

 

Será que somos capaces de contemplar unidos, las bellezas de los jardines florecidos

Palpar y oler sus fragancias, de perfúmenos de sueños establecidos

Ver entre todos como el colibrí, chupa su néctar de equilibrios contenidos

Prender las alarmas y despertar, por que el virus amenaza, en los pulmones escondido

 

Será que somos débiles de cuerpo y espíritu, nos dejamos llevar de salpicaduras tormentosas

Miedo colectivo, que no nos deja ver más allá, de ésta vida maravillosa

Nos hemos alejado de Dios, de su amor y de sus bendiciones majestuosas

Mostramos temor al virus, que nos confunde y atemoriza, de confesiones piadosas

 

Será que somos capaces de invitar a la barca, al Creador para que guie nuestro destino

Sea la brújula y timonel y nos lleve a buen puerto y aplaque este atroz torbellino

Cambiar nuestros hábitos y costumbres y beber agua del riachuelo cristalino

Entre todos destruir las coronas de éste virus, que atormenta al mundo y al peregrino

 

Será que somos fuertes, para combatir esta pandemia, que marcha a pasos agigantados

Cerrarle el cerco, alejar los espantos de alaridos y llantos despertados

El peligro acecha, la vida se expone, los muertos son demasiados

El ánimo se perturba, el aislamiento en los hogares, de sueños tristes, confinados

 

La pandemia del coronavirus es un huracán, que lleva sufrimientos en remolino

Dejando a su paso caos y desolación, cambiando el rumbo de la sociedad y su destino

Es un despertar a la esperanza, de un mejor mañana, de anhelos que a lo lejos imagino

El Señor de los cielos nos cuida y nos ama, nos bendice del polvoriento camino

Todos unidos en la barca, pobres, ricos, adinerados, humildes, sin miedos, ni virus clandestinos

 

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga, marzo 27-2020