Bajo tu amorosa égida
emerjo de las entrañas
de la oscura noche,
me sumerjo en tu sentir
que me cubre toda,
entre burbujas de amor
y felicidad, se va esparciendo
los besos de sol y las caricias
recubiertas de azúcar.
Todo es placentero
cuando recostada
en tu regazo, el tiempo
transcurre lento,
encajamos tan bien
como el yin y el yan;
tu sonrisa llena mi vida,
en mi mente vives tú,
te bebo en las pequeñas
cosas que vivimos,
mi alma duerme a la vera
de tu alma enamorada,
y me extasío viajando
en tu infinito universo.