Esteban Mario Couceyro

Regreso tardio

Tengo tus manos entre las mías

no atreves la mirada

en la faz tímidamente

amanece el arrebol

de un incipiente otoño.

 

El tiempo se detiene

en un silencio

del que no atrevemos salir

hasta que llevo esas manos a mis labios

entonces comienzas a mirarme

con ojos de mares.

 

Cuanto tiempo tardaste

me dijo muy despacio

tomando mis manos

en sus besos

cuantos días esperé

la emoción del regreso.

 

Y yo sumergido entre la pena

no pude perdonar mi destino

el camino urgente

esos días a descubrir

dejándote de amar.

 

El tiempo seguía detenido

hasta que se detuvieron también los besos

las lágrimas escamparon

y una sonrisa asomó como el mismo sol.

 

En un instante comprendí

que el tiempo nunca se detuvo

hasta supe del retorno vano

en el viaje del vivir

comprendí

que la vida comienza

en cada instante que pueda amarte.