Cuánto habrá que esperar, la súplica de justicia frente a un hombre injusto.
Cuánto tiempo para dejar atrás las huellas ardientes, aparecerán cicatrices al final.
Cuánta tortura, la estrangulación se hace más profunda en cada intento de liberarse.
Cómo un error vanal fue causante de una destrucción devastadora y monstruosa.
Un día volverá la satisfacción al desempañarse el retrovisor, quedará expuesto el camino recorrido.
El hombre del pasado tendrá que ceder, deberá despojarse en su totalidad.
Será doloroso, romperá la armonía encallada en falsedad, validando el sacrificio.
Cuánta enemistad entre conciencia y la obediencia, ha significado un desastre.
Perdonar, perdonar, la cura estuvo siempre al alcance del pasado.
Cómo y en qué lugar será saldada la deuda, la tregua es impaciencia, cuando las virtudes son defectos putrefactos.
¡El placer de justicia, aplastante, sin contemplaciones contra la ansiedad!
¡La debilidad reinaba, mientras la permisión temerosa otorgaba libertad!
¡Hombre del pasado, serás pulverizado, anuestro de nuestro del último invierno!
Suelta de mi mano, aléjate al menos a tres pasos de mí.
Habrá piedad para aquéllos que la merezcan, misericordia para quien hizo revivir muertos, usando una suave voz.