Jordi Etresi

El alma de metal

 

El alma de metal

 

 

Un cuento de Jordi Etresi dedicado a mi querida abuela Ramona.

 

 

Erase una vez en un futuro no muy lejano, un mundo en el que los androides vivían con la humanidad.

Muchos cuidaban a aquellos que no podían valerse por si mismos, desaparecieron las residencias, los cuidados cibernéticos eran personalizados para hacer a los ancianos una vejez mas fácil y llevadera en su propio hogar.

Cyberlife era la empresa fundadora de suministro de androides con fines terapéuticos, eran especialmente indicados para aquellos que vivían en soledad.

 

Ramona era una mujer mayor llena de recuerdos, dotada de una salud precaria que la mantenía alejada del mundo, hasta que en el día de su cumpleaños recibió el androide RK400 llamado Kara, un regalo de su nieto y creador de Cyberlife.

Kara era el primer prototipo con apariencia humana en proceso de expansión, tenía un diseño nuevo y se dotaba de una inteligencia artificial sin limites, una sorpresa de efectos imprevisibles, porque la anciana era una de esas mujeres clásicas que no estaba a la vanguardia de las nuevas tecnologías. Vivió uno de los días mas especiales desde hacía mucho tiempo, no por el regalo en si, sino por estar rodeada de su familia sobre todo de su nieto George, al cual amaba y mas aún, cuando la noticia de su compromiso nupcial llegó a sus oídos. Ramona ya tenía un nuevo objetivo por cumplir, poder vivir lo suficiente para poder acompañar a su nieto en el día de su boda y de paso, convertirlo en uno de los días mas felices de su vida.

En poco tiempo se fue acostumbrando a Kara pues cubría todos los cuidados necesarios diarios, de alimentarla, de cuidar de su casa, de ser su entrenadora de yoga, su jardinera, su enfermera, por lo que empezó a ser su amiga y confidente, creándose entre ellas  un vinculo muy fuerte.

Jugaban a juegos de mesa, veían películas, plantaban flores en el jardín, se contaban chistes malos, incluso Kara tenía la capacidad de recitarle libros que nunca había leído y aquellos que estaban escritos en otros idiomas los traducía automáticamente.

George la programó de manera que pudiera tener la libre capacidad de aprendizaje, para la convivencia y las relaciones afectivas.

 

Cada día por la noche cuando Ramona dormía, Kara se alimentaba de todo tipo de información, tv, prensa, internet, se decantaba especialmente por temas médicos, de paso analizaba la salud de la mujer a diario, viendo que era muy delicada por ese motivo contactaba a distancia con su creador, informándole de todos las constantes clínicas de su abuela.

Con el tiempo el autómata se convirtió  en su perfecto medico personal.

 

Un día tras pasar el tiempo y con tanta información almacenada en su memoria, Kara comprendió el significado de la vida y el amor en una situación totalmente inesperada, una dolencia cardiaca de Ramona casi acaba con su vida.

La encontró tumbada en el suelo de manera frágil y vulnerable, encogida con un fuerte dolor en el pecho, viendo como su mundo se sumía en la oscuridad con la conciencia perdida,  se esfumaba el deseo de ver su nieto convertido esposo de su mujer, su mente empezaba a nublarse haciéndose añicos los viejos recuerdos de su difunto marido y la luz se apagó.

Al despertar sorprendida por estar viva, vio que tenía cosido su pecho, estaba conectada a diferentes equipos médicos llenos de cables y tubos que entraban y salían de su cuerpo. Kara permanecía sentada a su lado en un sillón cogiéndole la mano, no tenía vida, su corazón bioquímico había servido para salvar la vida de Ramona, el alma de metal del androide quedó funcionando en el interior de su cuerpo.

 

Ramona cumplió su deseo el formar parte de la boda de George y Kara el suyo, comprendiendo para una maquina el significado de la vida y del amor.

 

Jordi Etresi

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-30/3/20 todos los derechos reservados.