Aunque muchos no lo saben, las ranas también van a la escuela. No faltan a ella ni en los días de lluvia, en esos días donde las gotas borran las letras de los pizarrones, sus maestras les enseñan a cantar, por eso cuando llueve se escuchan el croar de todas ellas. Algunos grillos, por vivir en la cercanía, suelen asistir a las clases de las ranas, y no es raro que se vuelvan amigos desde la niñez. Ellos se entienden muy bien, por más que hablen diferentes idiomas, les basta para ello entonar sonriendo sus canciones.