Con el gesto tranquilo, la mirada ausente
veo llegar el reloj, que marca las horas
en las horas tristes, de la cruel agonía
en las horas tristes, donde no hay futuro
Aquella esperanza, que tanto anhelamos
se perdió una tarde, una noche cualquiera
en un triste destino, perdido el sentido
en un triste destino, del que pierde la vida
Entre cuatro paredes, blancas, muy blancas
mirando las auxiliares, que vienen y van
se pasan las horas, sin saber siquiera
si verán tal vez, un nuevo amanecer
Se entabla la lucha, contra el siniestro virus
se aprestan los sanitarios, a vencer o morir
algunos se quedan, en el triste camino
y mi recuerdo, con ellos se va
Dedico mi aplauso, el corazón sincero
a médicos y enfermeros, que saben luchar
a las auxiliares, pendientes de todos
y a aquellos enfermos, que se pueden salvar
Y brinda mi pluma, con dolor profundo
un humilde pésame, a los que se han ido
a tantas familias, que lloran por ellos
que desde muy lejos, los vieron partir