En uno de esos viajes
por comida rápida
vi pasar tu nave,
rostro al que quedé prendida,
seres de diferentes lenguajes,
estructuras, lugares,
ordenamos lo mismo,
dos valvas de pegaso
y plasma con hielos,
y aquí me tienes
enamorada en Urano,
mi primera vez flotando
y no por falta de gravedad.
Tienes rasgos de andromeda
aunque tu nave diga Orión,
hermoso ser de piel morada,
mírame, háblame
mientras pateo
la nebulosa corazón
porque ya no sé a dónde ir,
la inmensidad de universo
se redujo a tu voz,
mírame, háblame
y seamos polvo de una ápiside.