emiliodom

AQUELLA VEZ

    Recuerdo el primer día que me encontré contigo. Mi corazón de madera, floreció con un verde nuevo, y por mi sangre, corrió un escalofrío, que me dejó traspasado en medio de la plaza del suspiro...   Reconozco que fue la primera vez, que quise de ese modo, me consideré ebrio de cariño y desnudo de conveniencias, ¡como quijote con armadura de lirios!!.   Se, -de forma sobrada- que te quise del mismo modo, de día que de noche, y también cuando el trigo le habla de amor a la tarde, bajo la sombra morena de los olivos. ¿Qué lluvia, o cariño loco quiso transformarme en yedra que crece pegada a tu cintura?