Esa mirada tenía fulgor,
energía,
traspasándome;
estaba a la defensiva;
qué podía hacer me preguntaba,
me sentía confundido,
asustado,
debía tomar acción;
mi instinto respondía,
no te expongas;
sin embargo, la curiosidad
me tentaba;
entonces, me expuse;
salto felinamente,
y me zampó.