EPÍSTOLA A UN AMOR
La noche eterna,
El día lejano,
Así te siento amor mío
Cuando vas y viene de mi lado,
Declararte amor no puedo
Porque sería muy embano .
Caminado por oscuras y frívolas noches
Me adentro a un bosque espeso, tenebroso y sin salida
Aventurando mi triste y melancólica vida
Mi idealista corazón te llora
Todos los días de febrero,
Mis lágrimas puras y sinceras
Bañan los rosales de tu casa.
Te ofrezco mi corazón ingenuo
Que a tu noble bondad se humilla,
Ojala no quieras destrozarlo y matarlo
Porque acabarías con mi vida
Te miro y me muero,
Sabiendo Que no serás mía
y es por ello que me pierdo
en los sueños de la fantasía.
Pronto acabara esta guerra
Donde he vivido un vendaval
De decepciones y amarguras ,
Donde comprendí al fin,
Que estaba solo equivocada.
Mi sombra inmóvil suspira
Y muy dentro de mi llora,
Como el agua cristalina
Que al poco rato se oscurece
Quizá jamás seas mia
Palomita de mi vida
Quizá no te arrepientas
De haberme negado tu querer.
Tal vez me derrumbe la tristeza
Y me quebrante en pedazos,
Pero solo pido y ruego al señor
Que venga en mi socorro
Y me ayude a lidiar con tanto sufrimiento.
Aunque mi alma este entre oscuras,
Quiero sentir
Que el señor de mi no se ha olvidado.