Padre mío, hoy observo el cielo, lo siento tan triste, sus nubes no corren,
y el aíre parece quieto, a veces cae una llovizna, que más parecen lágrimas
porque creo en mi corazón, que Dios ve el dolor, que hay en el mundo.
Hemos hecho tanto daño a la naturaleza, y también entre nosotros.
Toda clase de males nos aquejaba, y espiritualmente no te buscamos,
y hoy como resultado, tenemos un virus, que ha causado mucho daño, en el mundo
La incertidumbre está en el corazón de todos. Se cambio el ritmo de la vida que llevábamos
hoy todo es distinto, las familias cambiaron las costumbres, ahora quieran o no, están unidas
y ojalá con amor, es difícil, para las que no se llevan bien, pero es un aprendizaje,
de como deben portarse, con amor y respeto, para que Dios se dé cuenta
que si podemos cambiar, y acercarnos a Dios, para conocer el amor más grande y bello
del mundo. Y entregarnos a su amor y a su paciencia. Gracias Padre, de esta situación
salimos contigo de la mano.