Luis Rayo

EL CORONA-VIRUS

Las verdes olas del mar tranquilo

refrescan los ánimos de vida,

felicidad y gozo se acompañan en el banquillo

donde se observa una caravana de huida

por un embate del llamado coronavirus.

 

Así es la naturaleza, llena de sorpresas,

Como la vida misma, con llantos,

a ratos con alegrías y cantos,

temor y muerte, así son las vidas impresas

y entre ellas se expande el coronavirus.

 

Más cuando un virus  aparece

que amenaza a la humanidad,

el estruendo de la enfermedad

se anida al interior, pues así parece.

Un virus con corona de realeza,

transformando al mundo sin fortaleza.

 

A muchos ha de llevarse

porque su naturaleza así se lo pide.

triste porque no hay un antídoto que ayude

en la gravedad del momento sin salvarse.

 

Enseñanza de vida que un contagio trae,

pues la humanidad se une

para contrarrestar el mal que contrae,

mal que le acompaña por el virus que usa la guadaña.

 

Mas ningún virus ha de dar fin a la inteligencia,

pero vuelve a ser una lección de indiferencia,

que aun con experiencia se ignoró su potencia.

Este coronavirus ha de irse,

y la humanidad demostrará,

por siempre, su poder y permanencia.