Raul Gonzaga

Un eterno mal de amores

 

Desde lejano retiro,
cobijado en mi nostalgia,
muerta de sed, mi pobre alma,
va volviéndose suspiro;

y, entre su inmenso delirio,
en su agonía te llama;
de tus recuerdos se agarra,
pero se vuelven espinos;

queda herida y lastimada
repitiendo un sólo nombre
como queja que no acaba,

días, que son largas noches,
donde me ahogo entre el llanto
de un eterno mal de amores...