Lejania que te vistes de indiferencia e incertidumbre
bajo un manto de palabras ausentes y emotivas para cubrir
los gritos tan callados de un afligido corazón que cada vez clama y clama
no tan solo amor sino también una eclíptica y desenfrenada pasión a un ser
que existió, pero luego despareció en la oscura penumbre de la mentira y del dolor.