Carlos Eduardo

A n b e l

 

      Una admirable poetisa en cuanto a su abierta sinceridad representada en sus escritos; los que son instáneas de su trama interior en momentos de soledad consigo misma.

      ¿Cuánto cuesta auto observarse sobre las cuestiones principales que se está viviendo? Ella, Anbel, lo hace de manera ideal escurriéndose por sus propios laberintos, eso no se puede improvisar ni inventar, es real; por ello es impresionante.

 

      Bien, este es un aspecto de sus atributos, porque desde hace mucho está en la primera línea de combate contra los problemas de salud que afectan a la comunidad, siendo hoy particularmente extenuante, más encima enfrenta el deterioro irreversible de su padre.

 

      No sólo es un momento de destacar alguna de sus muchas cualidades, sino de entregarle palabras de aliento; ella sabe que más temprano que tarde se verá afectada por el renombrado virus de la pandemia, así y todo permanece en su puesto a pesar del agotamiento.

 

  Poetisa querida, adelante, deseo que al final haya valido la entrega, saliendo fortalecida.

 

  Miles de cariños para vos.

 

   Cada enfermo que sanas debería subirte el ánimo; los muertos no son de tu responsabilidad; poco se puede hacer, me parece, si el paciente no colabora o está demasiado dañado.