Agoniza la vida
Agoniza y en un santiamén, la pandemia arrasó con la vida mía
Se acabaron y se diluyeron como por encanto, los amigos, las fiestas y las alegrías
Las cenas, las reuniones, el fandango, los bailes y las algarabías
Los paseos, la playa, el ron y el licor, los chismes y las habladurías
Agonizan las amantes, las mozas y las queridas de caras bonitas
Las serenatas, los restaurantes de cenas y comidas exquisitas
Se acabaron los jardines y los ramos de rosas, azucenas y margaritas
Los lujos y los perfúmenos de fragancias, que los corazones laten y se excitan
Agonizan los rufianes y los malditos bárbaros, ladrones y malhechores
Se acabaron los desfiles de mujeres hermosas, de aires y suspiros encantadores
Agoniza la sociedad, las clases sociales, las élites y las podredumbres de sus hedores
La riqueza y el patrón poderoso, que explota el sudor de los trabajadores
Agoniza la vida y el sosiego, la tranquilidad de sueños duraderos y placenteros
Las tertulias y el café compartido, de anécdotas de amigos y compañeros
Se acabaron con la pandemia, los amores furtivos y clandestinos con virus de prisioneros
Cerraron los puertos, silenciaron los barcos y las mercancías que traían los marineros
Se acabaron los coches, los trenes, los buses y todos los automotores
Ropa de marca, zapatos y tenis, las camisillas de sus interiores
Agonizan los incendios de veranos calientes, que arrasaron animales y sus cazadores
Las noches frías, que espantan fantasmas de pesadillas de sus temores
Agonizan las fronteras, que dividen los países y alejan el mundo de las personas
La cerca de púas y murallas, que parten el alma de llantos y lágrimas del dolor que proporcionan
Agonizan los usureros y agiotistas, con sus intereses ven sus pirámides, como se desmoronan
Se acaban los políticos corruptos, que se esconden y morirán porque la pandemia los arrincona
Agonizan los amores fervientes y palaciegos, que alegran diariamente los corazones
Se acabaron las amabilidades, las amenas tertulias, los abrazos, besos y las conversaciones
Se deterioran las mansiones de lujo, castillos, las haciendas y toda clase de imaginaciones
Los miedos, el terror y el pánico, acabaron con la vida y sus nobles intenciones
Agoniza la guerra, las armas y las invasiones, el virus arrasó con sus maldiciones
El viento y los huracanes se llevaron el alma y los sueños de mis ilusiones
La pandemia acabó, en un cerrar y abrir de ojos con llantos, lágrimas y desesperaciones
El coronavirus acabó con la vida, con los pulmones y con el aire de sus respiraciones
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga, marzo 30-2020