DE AQUI
De aquí de mis adentros
te aman mis entrañas
De aquí desde mi sangre
te sienten mis venas,
me duelen tus dolores
y me matan tus enfermedades.
De aquí de mi serenidad
me asustan tus miedos
me acongojan tus cuitas
y lloran mis ojos secos
cuando los tuyos se tornan aguados
De aquí de mi solar interior
eres como ese pueblo dormido
que abulta y crece por todo mi cuerpo
con sus callecitas largas y solariegas
con su placita colorida
y sus fuentes cubiertas de palomas silvestres
anidando en las frondas tupidas
que hacen antesala al hermoso
cielo azul celeste
De aquí de mis parajes eres
como ese río caudaloso y largo
que a veces viene a mí, impetuoso, regio
pero deseoso de llevar mis naves
cargadas con fardos de tristeza y melancolía
hasta puerto seguro
hasta puerto sereno
De aquí de mis vanidades
eres mi orgullo esbelto
exhibido como enseña de la capitulación de mi afrenta
largamente sufrida
largamente ponzoñosa.
Eres mi canto de triunfo
la carta ganadora del póker
jugado hasta la madrugada
con la esperanza de un toque de suerte
De aquí de mi disposición para sanar
eres mi zahorí de cabecera,
ayudante perfecta
quien me advierte las dosis
y sus turnos para las mezclas
de las pócimas efectivas
y los filtros de amor;
quien delicadamente
"surgiere" los tumores de mi corazón
sin dejar desagradables
huellas de sutura.
De aquí de toda esta realidad
mi vida no será igual
si me faltara tu presencia.
Francisco Barreto