Esto no es un poema, del cuál deseo hacer gala de mi sensibilidad.
Mis queridos amigos y hermanos quiero decirles que desde cualquier lugar en el que se encuentren, reciban mi más fraternal abrazo de amor, un amor que no tiene fronteras, que traspasa los mares y óceanos.
Que este momento que estamos viviendo, nos parece como un sueño del cuál desearíamos despertar y decirnos \" No es cierto\"; pero tristemente lo estamos padeciendo.
Todos estamos en una misma barca, y debemos de luchar contra esta tempestad del mal, que nos aqueja a todos por igual: Podríamos perder nuestro trabajo, perder nuestros actividades favoritas. Pero no perder nuestro sentido de amar.
Se que nos duele perder a nuestros padres, hijos, hermanos, parejas, amigos, en una epidemia como la que estamos atravesando. Todos tenemos miedo a la incertidumbre; vivimos en una constante zozobra.
Miremos al cielo, cuantas veces nos lo dicte el corazón. Y constantemente pidamos cobijo al creador, sintamos una suave lluvia de paz y confianza , misma que nos hará fluir dulcemente y nos lleve camino a la adaptación.