Carlos García Oliver

CAMINANTE

Divago solo

después de eso;

está seco el huerto,

y el vuelo ondulante de pájaros

se ha tardado.

En mis manos abundan estigmas

de miles relatos idos,

mi aroma fecunda el cielo,

que a mi pesar

lo dejas a un lado.

Camino con peso de sombra,

la brisa refresca el recuerdo,

de mano me llevan las horas

y pesando quilos el instinto en mis ojos.

Caminante, a tus recuerdos acudo

con estampas de escenas,

historias mirando afligidas

silueta con presencia débil;

es el viaje pausado

de un anciano osario

mirando mi viaje y abriendo sus labios:

la marcha con Dios es dura gracia.