Que agridulce es este sentir
que se escapa de mi pecho;
cierro los ojos... te estrecho…
y el vacío empieza a aturdir.
En silencio, comienzo a zurcir
este corazón maltrecho,
que de tanto amar, se empachó;
estando a punto de morir.
¡Que irónico! poder sentirte
y no poder tenerte junto a mí;
la noche es larga eternamente.
¡Qué loco este dolor baladí!
que carcome lentamente…
la poca razón que queda en mi.