Vilki

El privilegio de amarla.

Muchos fueron los momentos que el pensamiento de manera cariñosa me concedió su presencia, 

estrechamos nuestras manos y las estrujamos en nuestros pechos, empeñados en agitarse con palpitaciones de puro sentimiento.

Que privilegio inmenso tengo como enamorado, gozar de su presencia en la distancia,  besarnos a nuestro antojo,

abrazarnos y, hasta imaginar momentos sublimes de risas y pasión.

Todavía debemos esperar algunos días para nuestro próximo encuentro, reconozco que la ansiedad por verla me entusiasma,

me impaciénta, le pido entonces a los ángeles del cielo, que el tiempo corra de prisa, cuando finalmente el día llegue,

sellarémos con el beso anhelado la confirmación de nuestro amor.