El tiempo, sigue su curso sin detenerse,
la vida camina al ritmo de las acciones del mismo hombre,
un vaivén se ha convertido la alegría y el sueño,
un retroceso en el pensar y el actuar de la vida.
El mismo cielo se converjan los llantos y las suplicas,
¡oh! Señor, duele, duele, duele, el alma y la vida,
todo se vuelve incierto e irreal,
¿oh! señor, piedad, piedad y misericordia, clama mi alma.
Tengo la esperanza de despertar de esta pesadilla,
creo en Dios, tengo la esperanza de tiempos mejores,
espero que este pedazo de infierno se desvanezca,
tengo fe en que el hombre cambiará, tengo fe y saldremos adelante.