De los tesoros que encontré
los celestes son ajenos
el sol, la luna las estrellas
los otros son míos
y no tienen dueño.
Emiten su candela de versos
cuando presionas su luz
drenando los campos etéreos
que flamean su bambú.
Y la madera se quema
hacia arriba fuegos ígneos
iluminando los ojos
los vórtices de las relaciones
mutando las decisiones
y batiendo las emociones
con los tres tesoros que encontré.