Ben-.

En la hondonada-.

Cielos remotos,

donde anteayer,

fulgía una luz de conciencia

sin despedida.

Atravesando mi espalda,

convexa, iluminada cavidad

de huesos aterciopelados.

Huellas breves de acantilados

rotos, murmuradoras aguas volátiles,

inciertas canciones donde el sueño

impulsa nieves inéditas.

Entre el estío y las espigas,

en la hondonada, flotaban

antiguas torres decaídas, orgánicas.

Y en lo sucesivo del día,

las ramas aplastadas por el calor

y el ruido.

 

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