Que bueno que encontraste un nuevo amor,
de repente será mucho mejor al que te ofrecí.
No tengo que reprocharte nada,
fuiste bueno conmigo, no fue tu culpa.
No fue tu culpa enamorarme,
o talvez si, talvez no.
Como no enamorarme de tu naturaleza serena,
de tu mirada sincera,
de tus roces que me sabían a caricias,
y de tus caricias que me sabían a gloria.
No fue tu culpa, yo sé. Fuiste mi amigo.
Siempre lo supe.
Hoy te dejo libre de mi absurda necedad,
de mi búsqueda constante.
Ya no serás mi refugio, está bien, no lo reprocho.
Espero que en su cuerpo y en su alma,
encuentres todo lo que creías perdido.
Que encuentres felicidad en su cercanía,
y si puedes amar, entonces, ama de verdad.