He sido interrumpido cuando vi al reloj
Fui invadido por un pasado nunca sucedido
y por la esperanza de un futuro por construir.
He leído en mi mente la mancha de una sonrisa a media luna
bajo el reflejo del mar.
Ha venido a mí, sin tiempo y sin lugar.
Una melodía empieza a ser escuchada.
Claro, me doy cuenta
No estoy completamente solo en esta barca.
Una estrella brilla en el agua,
incitándome a zambullirme.
Pero ya es tarde, un silencio invade al mar que llevo dentro,
ya es tarde, salto de la barca, pero ya es tarde.
Voy excavando a brazadas en busca de un sonido,
el mar agoniza en silencio y floto
floto como si levitara, ya es tarde,
no me puedo ahogar.
Sí, fui arrastrado a la luna y ahí me vi, obstinado
Me dije, “ya es demasiado tarde para salir volando,
pero nunca es demasiado tarde para ser feliz”.
Cuánta razón puedo tener, y a la vez tan estúpido.
Me senté a mi lado y escuché un latir.
Ya es tarde para salir volando, pero nunca para dar el salto.
Emprendí un viaje de caída en picada,
fui un cometa dirigido por mi yo niño
me vi sonreír, me vi jugar, me vi bailar.
Fui feliz.
“Tan estúpido”, mi corazón murmuró en la caída
Me desplomé en un mar de lagrimas y allí estaba un viejo en mi barca,
esperándome. Me dijo: “estoy aquí desde que te fuiste, ha pasado tanto tiempo,
es hora de que recuperes tu remo. Ya es tarde para volar, pero no está mal llegar tarde”.
El viejo saco un globo del bolsillo, lo infló y se sumergió en el agua.
Solo encontré una pala, peor es nada.
Amarré el globo a la barca y empecé a remar
remé tanto que me dolieron las palmas, remé hasta volver a oírte cantar.
Remé hasta llegar a una playa, y estabas tú allí
sonriendo, vi el reloj
Iba a tiempo, ya no era tarde.
Me salude a mí mismo y me dije:
“Has llegado a tiempo para ser feliz”.